LAS FANS

 Hablemos del fanatismo

Un rebaño de individuos que se mueven al unísono, guiados por un fenómeno, animatrones, títeres, siguiendo las corrientes del fanatismo. La masa descerebrada, zombis.

Fans llorando. Imagen sacada de la película de Pixar Turning Red (2022)
Turning Red (2022)

Algunos pensarán que la definición del fanatismo se encuentra precisamente en el primer párrafo. Yo también lo creía, creía en el panem et circenses, en el abismo en el que nos estábamos precipitando: ¡ah, el fin de la humanidad! Creía que rechazarlo implicaba que mi individualidad, mi ego, se veían inalterados e inafectados por las influencias de la masa. Pero, con el tiempo, he ido macerando otra idea, más cómoda, menos reduccionista y pesimista. Más social y colectiva, más madura.

Veamos, históricamente y culturalmente, ¿Qué es la masa? Muy resumidamente, la masa nace en contraposición del individuo supremo: la figura del intelectual.

homer simpson con gafas
Todo el mundo puede parecer intelectual si se lo propone. Ejem más si eres un hombre cishetero.

El intelectual mueve masas, es aquel que influencia, el rector de la sociedad, el que dice lo que está bien y lo que está mal. Pero en el siglo XX se da un cambio y vemos como la masa se empieza a demonizar a medida que los intelectuales pierden las riendas del poder. La Verdad se está desperdigando en pequeños grandes movimientos desobedientes, feminizados, minoritarios, infantilizados. Y lo peor: que se mueven de manera irracional. En este escenario, el intelectual ya no es aquel que manda sobre la masa, sino aquel que la critica. Y en este escenario es donde empieza a aparecer la descripción del primer párrafo y muchos, hambrientos por la superioridad jerárquica que daba la figura del intelectual, la repiten con pasión (lo digo en pasado porque, para mí, el intelectual real ya no existe). Todo esto tiene que ver con una lucha que tiene muchísimos años y que va más allá de la humanidad:

lo individual vs. lo colectivo

Las personas que rechazan la masa lo hacen porque la ven como algo que anula el yo (el raciocinio, la voluntad) por el bien de una idea, una persona, un fenómeno. Yo no creo en la masa, y creo en movimientos o fenómenos.

Aquí llegamos al tema clave: el fanatismo. Ya sabéis mi posición al respecto: es rechazado si sus actores pertenecen a un colectivo no-normativo (vamos, si no son hombres cishetero y punto). Todo aquello que se sale de la norma es digno de ser rechazado (que, ya ves tú, llevamos años luchando y aún me sorprendo usando estos conceptos, como si me fueran antiguos). En este abanico entran, por ejemplo, las fans.

Las fans

LAS FANS. Definición: movimientos mayoritariamente femeninos y/o del colectivo. O como muchos les conocen: jóvenes que molestan, que hacen mucho ruido (en redes, en las calles), descerebradas, pesades. Que tienen un mal gusto, que no entienden del campo en el que se encuentra su movimiento de interés. ¡Zombis, zombis!

Eh, una cosita… ¿Ese ruido… no es el mismo ruido que hacen los hombres cuando gana su equipo favorito al futbol? No, no, la gravedad de sus voces evita el dolor de tímpanos, no pasa nada si dejan las calles llenan de cervezas, no pasa nada si destrozan el mobiliario urbano, para algo pagan impuestos. No pasa nada si son violentos, si incomodan, si se pelean, al fin y al cabo, ¡su partido favorito ha ganado x campeonato súper importante y vital para la humanidad!

Es muy fácil criticar algo desde fuera, poniéndose las gafas de intelectual (por favor, imaginaos las gafas más ridículas del mundo) y mirar con prepotencia estos movimientos sin saber qué están haciendo para el mundo. Porque, si nos ponemos utilitaristas, si algo mueve a la colectividad son estos movimientos, de las y les fans, la lucha en nombre de algo, alguien o alguienes. Voy a especificar. ¿Qué fans son las más atacadas actualmente? Las del kpop. Pues bien, las ARMY, las fans de BTS, crearon One in ARMY, que básicamente son montón (pero muchos) proyectos solidarios. En 2020 BTS donó 1 millón de dólares al movimiento social Black Lives Matter y las ARMY se sumaron con 1 millón más.

BTS presentando la campaña Love Myself (2018)
BTS en 2018, presentando la campaña Love Myself con UNICEF en contra de la violencia y el bullying.

Volvamos al individualismo, al yo. Porque no quiero que se entienda que haga falta dignificar el fanatismo con proyectos tan grandes, a veces no hace falta cambiar el mundo, simplemente se puede empezar con cambiar a los individuos. Individualmente, ser fan te puede cambiar la vida, puede redefinirla. Y esto es algo que describe muy bien la película Turning Red (2022), un film en el que hay una defensa del fanatismo de un grupo de adolescentes. Seguir a un artista, ver sus valores y entenderlos, aprender de otras culturas. Un artista, un movimiento, siempre es algo intelectual (ahora positivo), siempre te aportará algo: sea tranquilidad, sea emoción, sea conocimientos. Un libro bestseller puede promover y fomentar la lectura a muchos y muchas jóvenes. Algo que queda eclipsado tras la crítica de culturetas e intelectuales que rechazan algo que no acaban de entender, precisamente porque ewww romanticismos, ewww que diálogos más malos. Que te calles. Lo sabemos, pero en lo cutre siempre hay algo guay. (Por favor mirad este vídeo con fans de Crepúsculo repitiendo las frases más icónicas/ridículas de las pelis/libros).

No hay una masa, hay un movimiento con individuos. No hay peligros para la sociedad, no hay distracciones: hay avances (tanto individuales como colectivos). ¡¡¡Así que Shut up!!!! Dejaos de paranoias. El fanatismo es un fenómeno social muy interesante, algo intrínsecamente humano.

Bueno, tengo que decir esto y me quedo tranquila

Me cuesta escribir porque siempre me rebato mis propios argumentos, así que necesito matizar y aclarar una cosa (algo que no debería, pero bueno, cosas de ser mujer, supongo). Primero, lo más importante este concepto, fanatismo, se ha usado como algo peyorativo (véase el fanatismo religioso, el político), pero a mí me gustaría rehusarla, transformarla, en algo que define específicamente a estes fans oprimides, criticades por su posición en la sociedad (algo similar a la frase cosas de niñatas).

Y ya está.

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